Tarea 5: Cómo contribuir al desarrollo emocional del alumnado

Es importante poner en valor las habilidades personales y sociales de nuestros alumnos para permitir conseguir destrezas para afrontar el día a día de forma hábil y competente.

Las habilidades sociales o interpersonales están relacionadas con una comunicación asertiva o con la empatía.

La comunicación asertiva es la capacidad de expresar con claridad lo que se piensa, se siente, se necesita, sin dejarse manipular ni manipular a los demás. Es una forma eficiente de comunicación que puede tener una serie de beneficios: mayor sensación de control del entorno y de nosotros mismos. Tener el control propio permite poner límites que mejoran nuestra autoestima. Se trata de generar una comunicació eficiente y que, por tanto, empodera a la persona, no busca el conflicto. Todo ello mejora las experiencias personales haciendo vivir sensaciones más gratificantes.

Un complemento ideal a esta comunicación asertiva es la empatía, que permite ponernos en la situación en la que se encuentran otras personas que no somos nosotros y permite comprender mejor las reacciones, emociones y opiniones de otros. La posibilidad de comprender a los demás, ayuda a conocernos a nosotros mismo, es una de las habilidades básicas y sirve para evitar y solucionar conflictos. Favorece al bienestar global al ponernos en situación y entender así ciertas conductas, lo que permite relaciones más sanas y positivas.

Si cuidamos las habilidades personales y sociales, consiguiremos personas capaces de afrontar situaciones realmente difíciles.

Las habilidades para el manejo de las emociones y sentimientos permiten a los alumnos explorar las emociones y saber gestionarlas. Si realmente los alumnos son capaces de manejar la ira y la violencia, podrán gestionar de forma más eficiente las frustaciones y les ayuda a poder tomar decisiones correctas para resolver problemas y conflictos.

Ser capaz de manejar los conflictos permite al alumno desarrollar estrategias constructivas por lo que disminuye la tensión y los enfretamientos entre iguales.

El pensamiento crítico permite a los alumnos analizar de forma objetiva la información disponible, junto con su experiencia llegar a sus propias conclusiones, fomentando la curiosidad, la creatividad, la resolución de problemas y la independencia que mejora la autoestima.